La tecnología avanza constantemente, superando límites insospechados. En el mundo de las telecomunicaciones, el 5G es ahora una realidad. Sin embargo, hay una tecnología que se perfila como el futuro para quienes usan routers: el LiFi. Si nunca has oído hablar de él, aquí te contamos en qué consiste.
El LiFi, abreviatura de Light Fidelity, es una tecnología que utiliza la luz para conectarte a Internet. Si hace unos años el Bluetooth y el NFC parecían extraños, y antes de la pandemia eran funciones de tu teléfono que apenas utilizabas, el LiFi podría sorprenderte. La clave está en sus tres letras: cambia la “L” por una “W” y obtendrás la clave de todo usuario que desea conectarse a Internet de forma rápida y gratuita.
Imagina tener dos frecuencias, una más potente que la otra, lo que significa enviar una señal con dos impulsos, es decir, información transmitida en unos y ceros, como la que procesa cualquier máquina. En este caso, un fotorreceptor recibe y codifica esos datos, alcanzando velocidades de hasta 10 Mbps en pruebas.
Las ventajas y desventajas del LiFi son claras. Por un lado, se espera que sea un sustituto o alternativa al WiFi, con una velocidad potencial de hasta 1 Gbps, mucho más rápida que las líneas convencionales de WiFi. Además, las ondas tienen un rango de propagación de hasta 2,5 metros y se puede acceder a diferentes longitudes de onda del espectro visible.
Sin embargo, una de las desventajas es que necesitas tener la luz encendida para usarla, lo que puede ser inconveniente si quieres conectarte a Internet de noche. Además, una sola bombilla no es suficiente; se necesitarán varias para establecer la conexión. Además, la luz no atraviesa las paredes, lo que limita su alcance y no la convierte en una solución adecuada para todos los hogares, aunque puede ser útil para oficinas.