En China, empresas como Silicon Intelligence y Super Brain están revolucionando la manera en que enfrentamos la pérdida, mediante la creación de réplicas digitales interactivas de personas fallecidas. Esta tecnología, que alguna vez pareció sacada de la ciencia ficción, ahora es una realidad accesible para muchos, planteando preguntas éticas y psicológicas sobre el duelo y la vida después de la muerte.
Precios accesibles: Lo que solía ser un servicio costoso de $2,000-$3,000 hace un año, ahora se ha vuelto mucho más asequible, gracias a la competencia entre empresas chinas de IA. Actualmente, resucitar digitalmente a un ser querido solo cuesta unos pocos cientos de dólares.
Avances tecnológicos: Las réplicas digitales han evolucionado enormemente en los últimos años. De simples videos renderizados, ahora son avatares 3D “vivos” que pueden interactuar con las personas, brindando una sensación más realista y cercana a la experiencia de hablar con un ser querido.
Popularidad creciente: Más de 1,000 clientes han utilizado los servicios de Silicon Intelligence para crear réplicas digitales de seres queridos fallecidos. Esta cifra indica un creciente interés en esta tecnología y su capacidad para ayudar a las personas a procesar su duelo de una manera única.
Aspectos éticos y psicológicos: A pesar de las posibles ventajas terapéuticas que pueda ofrecer esta tecnología, también plantea una serie de dilemas éticos. ¿Es ético recrear digitalmente a una persona sin su consentimiento? ¿Cómo afecta psicológicamente a los vivos interactuar con réplicas de sus seres queridos fallecidos?
A medida que la IA continúa avanzando, es probable que veamos más desarrollos en el campo de las réplicas digitales de personas fallecidas. Sin embargo, este avance tecnológico nos obliga a reflexionar sobre nuestra relación con la muerte y cómo queremos recordar a nuestros seres queridos en el futuro.